La necesidad de los límites: ¿Ayudan o entorpecen el desarrollo del niño?
Esta es una realidad importante en nuestras vidas desde la primera infancia hasta el final de nuestras vidas. Incluso de adultos experimentamos lo difícil que resulta vivir o trabajar con alguien que no dispone de límites establecidos. ¿Qué experimentamos? Este tipo de persona llega a nosotros como una marea, fluye a nuestro alrededor sin ningún sentido de nuestro ser independiente. Interrumpe y no se da cuenta de que corta una conversación o un hilo de pensamiento.
Esta persona suele situarse muy cerca de la persona a la que habla e invade su espacio. A pesar de mostrar este tipo de comportamiento desconsiderado, no se da cuenta de que lo que hace no es apropiado.
¿Qué pasa con los niños? Un niño sin límites es como una casa sin paredes que proporcionen seguridad, estructura, forma, estabilidad y protección para que puedan existir el ritmo, la respiración, la tranquilidad y una buena salud. Sin límites claros establecidos por los adultos para proporcionar rutina y ritmo, el caos llena ese vacío. Los niños se harán con el control, a menudo siendo exigentes, fácilmente irritables y no cooperativos; cogerán rabietas, e incluso abusarán física y/o verbalmente de hermanos y padres*.
Hoy en día hay muchos recursos para ayudar a los padres a retomar el control y para proporcionarle sugerencias prácticas traer orden y armonía al hogar.
La espada de doble filo: ¿Cuándo son los límites saludables, y cuándo excesivos?
Siempre es difícil mantenerse uno mismo y el propio entorno en equilibrio. Hay que hacerse preguntas. ¿Son estos límites demasiado restrictivos o son demasiado flexibles? Resulta complicado encontrar el equilibrio entre libertad y control. Pero no podemos inculcar un sano sentido de la propia libertad sin un sano sentido del autocontrol.
Los niños aprenden pronto cómo negociar con los adultos para conseguir lo que quieren, pero esto supone una pérdida para todos a la larga. Los adultos no deben entrar en este juego ya que a los niños se les da mucho mejor. Sus pataletas y chillidos son una herramienta de poder para controlar la situación. Recuerde que todas las rabietas necesitan audiencia. Es imposible resolver un problema cuando un niño o un adolescente está en ese estado. Pero el adulto no tiene que quedarse ahí y observar o permitir que abusen de él. «¡Hágase a un lado!».
Crear límites apropiados y saludables y dejar al niño respirar, experimentar y explorar sus propias habilidades deja sitio a la creatividad. Cuando una familia se toma el tiempo para estar juntos para hacer cosas, los niños aprenden de los padres como modelos a seguir. ¿Lo que un niño ve desde fuera en sus padres es lo mismo que pasa por dentro? ¿Cuándo un excesivo cuidado se convierte en algo limitador y va en detrimento del desarrollo de la autonomía y de las
habilidades del niño; seguir haciendo colecho; ¿ocuparse de la higiene y tareas diarias del niño más allá de la edad en la que debería hacerlo él? En ocasiones, los niños se rebelarán ante padre/madres demasiado indulgentes, odiándoles incluso por hacerles tan dependientes.
Establecer límites saludables para nuestros hijos: ¿quién está al mando?
Vivimos en un tiempo en el que todos tenemos prisa, tenemos demasiadas cosas que hacer, estamos estresados, apenas podemos respirar. Para la mayoría de nosotros la sobrecarga de ocupaciones se ha convertido en algo continuo. Pero, ¿qué nos estamos dejando en el proceso? Si nos sentimos estresados, ¿cómo lo experimentan nuestros hijos? ¿Cómo se enfrentan a la «falta de tiempo»? ¿Cómo afecta el estilo de vida moderna a sus habilidades para aprender y comunicarse y cuál es el impacto en su comportamiento y en su salud?
Una forma práctica de ayudar a nuestros hijos a desarrollar un saludable sentido de la voluntad es estableciendo límites apropiados a su edad. Esta sección trata de cómo reducir el estrés fortaleciendo los ritmos diarios y mediante la elección de estilos de vida más saludables.